que se esconde por las azoteas,
busca el amor en la ventolera,
escapando de esos abrazos
que de lejos la miran.
Y rendida,
cae en su cama de estrellas,
soñando con aquella sonrisa
que encendía sus días,
vistiendo los inviernos de primaveras,
y dormida se queda
sin perder de ojo la puerta,
esperando que ese sol,
entre despacio por las rendijas
para acariciar su piel
y tatuar los versos
que la hacen eterna
Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados
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