viernes, 30 de septiembre de 2022

Veinte años

 


Te conocí veinte años atrás y desde aquel día el hilo rojo del destino nos unió para siempre...

Recuerdo las risas, las miradas cómplices, esos guiños del destino que nos buscaba y nos encontraba perdidos en el temporal, tintando las lunas, con el eco sordo de las mañanas vacías.
Recuerdo, aunque vagamente, esas palabras carentes de reproches que marcaban a fuego las despedidas, que encendían en mi alma los ardores pasajeros y tiznaban los despertares como carbones prendidos.
Recuerdo una noche, o tal vez un día, donde la luna alumbraba las farolas partidas, recuerdo esa noche que se hizo día, pues cabalgamos desbocados, sin miedos, sin pesar, ni remordimientos.
Recuerdo las tardes de cervezas, la palabras disparadas a bocajarro, las locuras, las tuyas, las mías, más las tuyas, las risas sin tregua, las noches en vela soñando con tu sonrisa, 
las veces que te soñaba y ni despertar quería.
Recuerdo que un día hablamos de amistad de no perderla jamás, de no perdernos jamás, que si los besos se acaban, nuestros corazones continuarán cosidos por ese hilo rojo del destino, ese que llega sin avisar. Veinte años te conozco, muchos más me gustaría tenerte bordada en mi pecho y encarando las tormentas, esas tormentas que al final son paz, ilusión y vida.


Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados

jueves, 29 de septiembre de 2022

miércoles, 28 de septiembre de 2022

Sigo Caminando

Me dan igual las miradas de soslayo, 
los silencios roncos que engalanan las aceras, 
los pensamientos obtusos de gente que no tiene vida. 
Yo, solo quiero caminar, 
perderme entre tus rizos de loca, 
vomitar regueros de tinta que se entrelazan hilando vida. 
Sabes que conmigo no te faltarán las risas, 
que las noches serán largas y las madrugadas eternas, 
que tu piel sera mi guia, y tus labios mi sonrisa, 
que cada amanecer agarrado a tu pecho es calor, es alegría. 
Quiero caminar, deprisa, despacio, 
solo caminar por la vereda de tu ombligo, 
donde nacen los atardeceres por la espalda de la luna. 
Quiero borrar los inviernos, 
apagar esos otoños y despeinar tu melena 
mientras me pierdo en tu cuello. 
Solo caminar, anidar perenne abotonado a tu pecho, 
deshojando ese futuro incierto, 
el mismo, que a horcajadas se mece por el trigal, 
tintando los charcos del azul crepuscular. 
Quiero andar ese camino a tu corazón cosido, 
quiero caminar tan solo contido, 
buscando ese amanecer que será el tuyo y el mio.

Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados

Y al final me encontré

Me desperté en la vereda del camino, 
embarrado hasta la sien 
y con el corazón herido. 
Me desperté como el que huele a vida, 
a viento recién mecido, 
a lluvia sobre la acera. 
Me desperté cansado de morir día tras día, 
de ver descarrilar ríos de tinta 
entre mis manos desvestidas de sonrisas, 
cansado de los gritos sordos 
y de las palabras vacías.
Me desperté si 
y en el zaguán desnudo, 
tan solo aroma a rocío 
y versos recién paridos, 
que saliendo a borbotones de entre las veredas, 
se tornaban primaveras,
tintando los zarzales 
con el color ausente de los amaneceres. 
Me desperté mil veces, 
encarando los infiernos, 
recordando esas noches perdidas, 
que dando patadas a la luna 
forjaba los inviernos 
para colgarlos de mi pecho, 
mientras la ventisca danzaba 
sosegando las ascuas del tiempo. 
Me desperté y esperé el aguacero, 
que cosido a las nubes, 
venía pintando los charcos 
donde las incautas flores, 
sembraban ignorantes 
la llegada del otoño. 
 Y al final me desperté.