miércoles, 20 de junio de 2018

Tarde...

Empapo las simientes de donde nacen los silencios, y voy plantando en los senderos esos versos eternos, que tejidos por los vientos, se desnudan y deambulan entre los viñedos, y acariciados por el alba, se mecen a merced del temporal, por esos arroyos escondidos, de donde entro y salgo agarrado al brillo de la luna, que me guiña un ojo, diciendome que suba. Encaro esa pendiente como terreno baldío, y despeinado las encinas, sigo a esa luna, que me lleva a beber a esos manantiales, donde los sueños se arrullan, para tiznar los mares con el color de los rescoldos, de este corazón tardío. Y voy arrastrando las estaciones, que cansadas de correr por el trigal anidan en mi pecho, y cosidas a mi calor, remontan la montaña, para ver el marco, de ese amanecer que el sol pintó a la luna y dibujar en su espalda los atardeceres, que tímidos, se esconden entre las azoteas, buscando entre el ocaso los labios que le dan la vida.

 

Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados

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