domingo, 10 de junio de 2018
Ya vuela libre
Y me lancé sin recatos por el abismo de sus ojos, para rozarme con ella y ver si la luna
aun iluminaba su pecho. Me lancé y caí en el asfalto, que pintado de silencios, agrietó en
mil pedazos mi luna, y seguí cayendo, atravesando los desiertos de sus ojos, aislándome de su
piel, abrazando los ecos sordos de esas ramas quebradas,que solo escupieron mentiras en una
noche baldía. Y así, de repente, me encontré con su cancela, cerrada a cal y canto con un muro
de indiferencia, y yo golpeé, golpeé ese muro tan fuerte como pude, lo acaricié con flores, abrazos
y besos, pero tan firmes los cerrojos, que decidió volar libre escapando de esas lunas que
le mostraron los infiernos, cubriendo sus días de tristeza y el desamparo de la ausencia. Y yo me lancé, caminé
y golpeé, me encaramé desnudo a esa luna, aunque me asusta la altura, y vivír lejos de tierra,
bien lejos de la realidad, a lomos de esas pesadillas que alimentaban mi cabeza, con la locura
y la pena, de haberla tenido cerca y perderla una vez más. Y se alimentaba pensando que el paisaje de estos
paramos sería diferente si corriera entre mis brazos, llenando con esta lluvia los charcos
que la luna pinto en sus días. Y ahora, el reloj me recuerda que aunque atrase el minutero, siempre
llegaré tarde a esa cita, que esas lunas ya no darán luz a mis días y no traerán la alegría ni
el calor de sus sonrisas. Y después de lanzarme, golpear y caminar, me decidí a escribir esta
poesía para dejarla volar libre y escapar de mi tristeza,
para ella hacerse sol y yo noche tranquila.
EP
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