escondida entre esos nubarrones
que encharcan las aceras,
anudando los inviernos,
al recuerdo del sentir,
que trae a mi playa perdida
los restos del naufragio
con el que cimentar rabioso,
ese viento descarado,
que me saque de esta isla,
para volar agarrado a sus ojos
buscando sus labios entre la ventisca
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