Como los corazones silentes
que esperan el arrecio de los vientos
para zarpar en busca de mi alma.
Explorando los senderos embarrados
que a horcajadas traén las miradas perdidas,
las palabras olvidadas, los recuerdos ausentes.
Y en este mar que me engulle,
me arrastro hacia el abismo
en ese torbellino que alicata
el resurgir ausente de las risas,
esas que entonan las coplas
y alegres bailan entre los olivos
De nuevo vuelvo a correr
por la espalda de la luna,
tejiendo primaveras,
amoratando los miedos,
moliendo las cadenas
para lanzarlas al viento
y verlas volar libres,
mecidas por el huracán
que las aleja de mi vida.
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