Siempre me gusto mirarte cuando no me veías,
cuando caminabas perdida por la senda de
mi sonrisa.
Siempre me gusto tenerte lejos, Y la vez
cerca del pecho.
Siempre me gusto correr, descarado por tu
espalda.
Siempre escuchando tus silencios,
encaramado a tu melena.
Siempre tan lejos, siempre huyendo,
siempre inmolando los sentimientos.
Siempre, casi siempre,
perdido en los paramos opacos de mi sesera.
Siempre domando las palabras,
siempre a cobijo de esas lunas.
Siempre, algunas veces,
apagando de un plumazo tu risa.
Siempre mirándote cuando dormías!!!.
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