Ignorando el murmullo
de las ramas de árbol muerto
cribo la arena fría
que cubre los infiernos,
donde los sueños prohibidos
de cicatrices descosidas
cubren con cenefas
sus heridas más bellas.
Y con hilos de seda y oro,
entretengo el velar agrio
de los muerdos consentidos,
donde los pésimos actores
son espectadores
de su propio destino.
Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados
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