miércoles, 5 de octubre de 2022

Lo que me dijo

Atravesaba descalzo el desierto de sus ojos, y allí a lo lejos, escondidos de las miradas al trasluz
yacían dos figuras tumbadas sobre la arena, rechinando los muelles mellados de tantos amores abrigados.
Yo seguí mi caminar sin sentido, cada vez más cerca del ruido atronador de esas hojas de pino, 
mecidas por el eco de esos amantes pasajeros, que enloquecen con los gritos callados tan llenos de pasional delirio.
Cada vez tan cerca, cada vez tan lejos (o quizás no tanto) de ese frenesí irreverente que enfriaba los infiernos, con el crepitar de esa fogata y de esos alambres de espino.
Por fin llegué a ese rincón escondido, donde los amantes se miraban en silencio, iluminados tan 
solo por la luz traviesa de las luciérnagas.
Llegué y tamaña fue mi sorpresa que quedé fascinado, seducido y embriagado por tanta belleza, pues el sol y la luna eran esos amantes pasajeros, que se cobijan en ese desierto, los días nublados de enero, para poder quererse bien.
La luna me miró y me dijo al oido: tu eras aquel que vertía ríos de tinta en los folios en blanco, 
el que habitaba en esa coraza cargada de silencios, que gritan chillan y vociferan hasta desgañitarse, y acaban siendo un susurro sordo  a merced de los vientos.
Ese, que pinta y enmarca los charcos donde bajo a peinar mi cabellera y adornar mi melena con 
polvo de estrellas.
Aquel que caminó por mi espalda cargado con el zurrón de miedos y miseria, el mismo que dejó 
mi rebaño de estrellas pastando en el olivar y fue a buscar en el horizonte unos labios que besar.
Sí, ahora me acuerdo, eres aquel que un día, tal vez una noche, decidió descoser la armadura y 
dejar salir ese mundo dormido, anestesiado por la cobardía y por esas mentiras, cimentadas con 
los guijarros oxidados que habitan donde se rompen las olas.
Ese, al que ya no le espanta ni el dolor, ni la tristeza, ni caminar por la orilla del abismo perdiendo el equilibrio, que vuela libre cuando dice lo que su corazón piensa y que sabe que la vida es muy corta para silenciar las palabras y anudar los sentimientos que pueblan su alma.


Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados


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