que tejido al atardecer del tercer día,
se conforma con la certeza del agua tardía
apagando en un instante, acaso en un momento,
el ardor y el desvarío de ese corazón dormido,
que secuestrando los relojes, se inmola,
para detonar el tiempo,
desgarrando los amaneceres,
para seguir soñando contigo.
Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados
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