y la vida pasó diciendo te quiero,
mientras las hojas se sucidaban esperando las primaveras,
buscando aquellas lunas que llegan si avisar
y apuñalan los inviernos,
que cansados de correr entre sus piernas,
solo buscan amanecer enredados en su melena,
acariciados por los albores,
esos, que eternos dibujan su sonrisa
y pintan los atardeceres abotonados a su pecho.
Los mismos que un día acariciaron sus labios
y susurraron a mi oído, que mi mundo eran sus besos,
Texto y foto: @poemasencerrados
Intagram:@poemasencerrados
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