Miramos

Míranos, 

nos escondemos aquí, 

los días nublados de tímida luz, 

donde la vida es infinita, 

para esos juramentos, 

que se callan por pudor, 

y las palabras despistadas 

rezuman los estores 

barnizando nuestro sol. 

Entretanto, 

los acantilados gastados 

conciben libertinos 

poemas de amor, 

que solo buscan 

despeinar los corazones 

y acunar junto a su pecho, 

el abrazo candente 

del silencio acogedor.

Texto y foto: @poemasencerrados

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En esos días nublados

En esos días nublados de púrpura claro, calmo los rescoldos del raciocinio obtuso, 

que se cuartean con las estaciones 

abrasado las praderas 

con el crepitar de las emociones, 

que se rebelan ante la nostalgia desnuda 

del fallecer de los atardeceres, 

que adornan la resaca cobarde 

de los amores tenaces 

izando la bandera de esa soledad dormida 

y que dando patadas a la luna 

espantan los rebaños de estrellas 

para perderse desquiciadas 

en el vacio cuántico 

de esos versos perdidos 

en el vasto universo semiparalelo 

que conforman nuestros cuerpos.

Texto y foto: @poemasencerrados

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Con el parpadeo perdido

Con el parpadeo perdido 

entre nubes bermejas, 

se ataviaba con el ropaje candente 

de quien se eriza por el frío de la disculpa, amarrando a su figura el resplandor libertino de ese sol indecente, que busca sus caderas 

cuando la luna se esconde.

Y así, perdido entre los rescoldos 

que alimentan la fragua,

claudica sin reparo

atrapado en el abismo inefable, 

que lo conduce enloquecido 

persiguiendo las quimeras.

Texto y foto: @poemasencerrados

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Llegan los versos

Llegan los versos despeinados 

alardeando de esos despertares 

que se quedan cortos

por los jadeos sordos 

que encendien los amaneceres.

Y ataviados con el ropaje 

de quien pinta el gris 

de este cielo ausente 

encaran los días,

como si fueran, 

los últimos atardeceres.

Texto y foto: @poemasencerrados

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Clarean las hojas

Clarean las hojas secas, 

que bañadas por el relente, 

se mecen al son, 

de esas rimas descocadas 

que pueblan la mirada 

de una luna descarada, 

que  nunca llega serena  

y se tatua las dudas 

de las muertes certeras, 

mientras doblan las campanas 

y las estrellas reclaman, 

que a los días les faltan, 

noches eternas.

Texto y foto: @poemasencerrados

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